miércoles, 18 de junio de 2014

BREVE HISTORIA DE LOS FAMOSOS HUEVOS FABERGÉ

Estimados Amigos Visitantes y Colegas Valuadores

El día de hoy comparto con Uds. esta breve historia de los famosos HUEVOS DE FABERGÉ creados por uno los íconos de la joyería mundial, el destacado joyero Peter Carl Fabergé, espero que sea de su agrado:

LA FASCINANTE HISTORIA DE LOS FAMOSOS HUEVOS FABERGÉ


La figura de este singular joyero ruso es realmente fascinante. La historia de este país, de la que Rutherford hace una genial semblanza en su novela Rusos, la cual es muy recomendable, siempre ha sido como un imán para muchos admiradores de las historias antiguas. Desde la época de Catalina la Grande, los Romanov y su Dinastía han trasmitido la historia de una nación que pagó el enriquecimiento de sus zares de una forma cruel, violenta, y no por ello menos comprensible, por parte de la clase obrera empobrecida hasta límites escalofriantes, ¿les suena familiar?.

Peter Carl Fabergé

En las antípodas de dicha clase social, la alta aristocracia y la nobleza vivía una vida de excesos y lujos superfluos como no se había conocido jamás en la historia de Rusia.

En ese caldo de cultivo es donde precisamente nace esta preciosa y única tradición de los huevos de pascua de este insigne artista y joyero.

Peter Carl Fabergé es considerado uno de los orfebres más destacados del mundo, que realizó 69 huevos de Pascua entre los años 1885 a 1917, 61 de los cuales se conservan.

En 1870 pasa a ser el responsable de la empresa familiar de joyería en San Petersburgo. Con una excelente reputación como diseñador, trabaja con piedras preciosas, semipreciosas y metales, y realiza diseños de diferentes estilos como ruso antiguo, griego, renacentista, barroco, Art Nouveau, naturalista y caricaturesco.

En la Exposición Panrusa de 1882 expuso sus obras, lo que le valió la medalla de oro. Desde entonces se le nombra joyero oficial de la familia real.

Para la Pascua de 1883, el zar Alejandro III le encargó al orfebre Peter Carl Fabergé la construcción de un huevo para regalarle a su mujer, la zarina María. El regalo consistió en un huevo con cáscara de platino que contenía dentro uno más pequeño de oro. Al abrirse este último, se encontraba una gallina de oro en miniatura que tenía sobre su cabeza una réplica de la corona imperial rusa. Este particular Huevo de Pascua le gustó tanto a la emperatriz que el zar le ordenó a Fabergé que realizara uno nuevo para cada Pascua.


Para el diseño de los huevos imperiales Fabergé se inspiró en distintos estilos artísticos europeos; como el barroco, rococó, neoclasicismo o modernismo, así como en obras de arte que contempló durante sus estancias y viajes por Europa.

Había huevos creados para conmemorar acontecimientos tales como la coronación del zar Nicolas II, la terminación del ferrocarril Transiberiano, así como para celebrar aniversarios importantes. Otros huevos guardaban en su interior el yate imperial Standart, la catedral de Uspensky, el palacio de Gátchina o el palacio Alejandro, por citar unos ejemplos.

Huevo No. 3 - (1887) Huevo Imperial Azul con Serpiente

De los 69 huevos que hizo en total la Casa Fabergé para los zares, la aristocracia y la élite industrial y financiera, se conservan 61.

Se conocen cincuenta y dos huevos imperiales, cuarenta y cuatro de los cuales se han localizado hoy, entre ellos los dos últimos de 1917 que nunca fueron entregados ni terminados a causa de la Revolución Rusa, destacando el Huevo de la constelación del Zarevich.

Huevo No. 9 - 1893 Huevo del Cáucaso

Los restantes 8 huevos imperiales se consideran perdidos o desaparecidos; dos se conocen solamente por haber sido fotografiados en primer plano, otros tres se han descubierto en 2007, de estos descubrimientos fortuitos que me hubiera encantado protagonizar dos de ellos en una foto tomada a una vitrina de la zarina Maria Fyodorevna, donde aparece el tercer huevo imperial y el huevo con querubín y carruaje, este último quedó reflejado en el cristal de la misma, en cuanto al huevo del neceser figura en una fotografía de la joyería Wartski, Londres, en la parte inferior de una vitrina.

No se tiene ningún documento visual de los otros tres huevos de la llamada categoría imperial.

Otros siete huevos de Pascua fueron encargados por Alejandro Ferdinandovich Kelch, dueño de minas de oro en Siberia, para su esposa Bárbara. Asimismo personajes de la época como Alfred Nobel, Príncipes Yussupov, Duques de Marlborough entre otros de categoria no imperial que suman un total de ocho huevos. Sin embargo, la colección imperial de huevos de Pascua encargada por los dos últimos zares rusos es la más famosa.

Entre los materiales usados por Faberge figuran metales como el oro, platino, plata, cobre, níquel… que fueron combinados en distintas proporciones con el fin de conseguir diferentes colores para la “cáscara” del huevo.

Huevo No. 10 - (1894) Huevo del Renacimiento

Otra técnica usada por Fabergé fue la conocida como guilloché, un tratamiento de grabado superficial sobre metal que consiste en hacer ondas, estrías o cualquier otro dibujo, de un modo repetitivo y simétrico, se podía hacer a máquina o a mano. Fabergé se mostraba orgulloso de que todas las materias primas que se empleaban en su taller provenían de distintas partes de Rusia. Muchos huevos incluían minerales como el jaspe, la malaquita,  el lapislázuli, y el jade.

El huevo de 1917, destinado a la zarina María Fyodorevna estaba realizado en madera de abedul de Karelia.

Las piedras preciosas incluyendo los zafiros, rubíes y esmeraldas fueron utilizadas para la decoración de los huevos y/o la sorpresa que contenían, cuando se usaban era en la talla conocida como cabujón (corte redondo).

Huevo No. 45 - (1914) Huevo de Catalina la Grande o Grisalla

En cuanto al tipo de talla empleada para los diamantes era la típica talla rosa. Por otra parte también empleó piedras semipreciosas como las piedras de luna, los granates, los olivinos, y las piedras de Mecca, usadas más a menudo en la talla cabujón.

La fuente primaria de inspiración de Fabergé venía de los trabajos de siglos anteriores. El esmalte translúcido era una técnica muy valorada en el siglo XIX, que requería de varias capas de esmalte que se secaba en un horno después de aplicar cada capa. Sin embargo, durante el siglo XIX se disponía solamente de una limitada gama de colores, de modo que Fabergé experimentó y pronto aumentó su paleta de colores hasta lograr más de 140 tonalidades diferentes. El más apreciado fue el esmalte de ostra, el cual variaba de color dependiendo de la luz.

La Casa Fabergé fabricó, entre otros tantos objetos decorativos, accesorios para escritorio y joyas, entre las que tienen un papel fundamental las tiaras.

EN LA ACTUALIDAD

Tras la revolución rusa, la casa de Fabergé fue nacionalizada por los bolcheviques, y la familia de Fabergé, huyó a Suiza, donde murió Peter Carl Fabergé en 1920. Los palacios de los Romanov fueron saqueadas y sus tesoros fueron trasladados por orden de Vladimir Lenin a la Armería del Kremlin.

En 1927 decide vender parte de los huevos para adquirir liquidez en divisas, tras ser tasados por Agathon Fabergé. Así entre 1930 y 1933, 14 huevos imperiales dejaron Rusia. Muchos de los huevos fueron vendidos a Armand Hammer (cuyo padre fue Snowman de los anticuarios de Londres Wartski.

Después de la colección guardada en la Armería del Kremlin, la mayor colección privada de huevos de Fabergé pertenecía a Malcolm Forbes, está formada por nueve huevos y aproximadamente otros 180 objetos fabricados por Fabergé. La colección que se exhibición en Nueva York, fue subastada en Sotheby´s en febrero de 2004 por sus herederos y adquirida en su totalidad por el oligarca ruso Victor Vekselberg por una suma estimada entre 90 y 120 millones de dólares, antes del inicio de la subasta. En el año 2011, el magnate ruso cedió su colección para una exposición celebrada en el Vaticano.

En noviembre de 2007, el reloj elaborado por Fabergé en 1902 para la familia Rothschild, fue vendido en subasta en la casa Christie´s en Londres por12,5 millones de euros. El precio alcanzado por el huevo establece tres récords, es el reloj más caro, el objeto ruso y el objeto de Fabergé más caro jamás vendido en una subasta, superando el precio alcanzado por la venta del Huevo de Invierno en el año 2002, que había alcanzado los 6,4 millones de euros.

La mayor exposición de huevos de Fabergé tuvo lugar en 1989, en la que 26 huevos de Fabergé se exhibieron en el Museo de arte de San Diego, como parte del Festival de las Artes de San Diego.


Reciban un cordial saludo.

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